Tratamiento
La incontinencia urinaria de esfuerzo puede ser el resultado de daños o debilitamiento de los músculos y ligamentos pélvicos. Esas estructuras pueden debilitarse como consecuencia de embarazos, partos, obesidad, traumatismos, intervenciones quirúrgicas previas, daño muscular o cambios hormonales que hagan que la vejiga y la uretra se relajen y desciendan con relación a su posición normal. Este trastorno se conoce a menudo como “vejiga caída”.
La presión adicional repentina ocasionada al toser, estornudar, reír o levantar objetos pesados puede dar lugar a una pérdida accidental de orina.
Antes de decidir someterte a una cirugía, considera los siguientes aspectos:
Obtén un diagnóstico preciso. Los distintos tipos de incontinencia necesitan terapias diferentes. El proveedor de atención médica podría derivarte a un especialista en incontinencia (uroginecólogo o urólogo) para que te haga otras pruebas de diagnóstico.
Entiende que la cirugía solo corrige el problema para la que fue diseñada. La cirugía para tratar la incontinencia por esfuerzo no trata la necesidad súbita y urgente de orinar (vejiga hiperactiva). Si tienes incontinencia urinaria mixta (una mezcla de incontinencia por esfuerzo y vejiga hiperactiva) es probable que necesites otros tratamientos.
Piensa en tus planes para tener hijos. El médico puede recomendarte que esperes para la cirugía hasta concluir el período de maternidad. El esfuerzo que generan el embarazo y el parto en la vejiga, la uretra y los tejidos de sostén podría revertir los beneficios de la reparación quirúrgica.
Preoperatorio
Si está considerando someterse a una cirugía para la incontinencia urinaria de esfuerzo, es posible que el médico le haga preguntas sobre sus antecedentes médicos para asegurarse de que sea un buen candidato para ese tipo de procedimiento. Algunas de las siguientes contraindicaciones, advertencias/posibles complicaciones y eventos posteriores al procedimiento asociados a la cirugía para la incontinencia urinaria de esfuerzo se incluyen en la lista siguiente a modo de referencia. Debe consultar al médico para comprender esta información en su totalidad y determinar si el procedimiento es adecuado para usted.
Anestesia
Por lo general, esta intervención quirúrgica se realiza bajo anestesia general o regional (bloqueo espinal o epidural).
Postoperatorio: Precauciones y cuidados especiales
Si experimenta disuria, hemorragia u otros problemas, comuníquese con su médico de inmediato.
Si ocurre una infección tras el procedimiento, será necesario retirar o revisar la malla.
Como ocurre con todos los cuerpos extraños, la malla puede desencadenar una infección o sepsis existente.
Las respuestas del tejido al implante pueden incluir: irritación local en el sitio de la herida, erosión vaginal, exposición a través de la uretra u otro tejido circundante, migración del dispositivo, fístula, reacción al cuerpo extraño e inflamación. La aparición de estas respuestas puede requerir la extracción o revisión de la malla.
Una tensión excesiva puede causar obstrucción y retención temporal o permanente en las vías urinarias inferiores.
Los riesgos conocidos de los procedimientos quirúrgicos para tratar la incontinencia incluyen dolor, erosión/exposición, migración del dispositivo y la posible falla del procedimiento, lo que puede causar incontinencia debido a la falta de soporte o a una vejiga hiperactiva.
Siguiendo estas recomendaciones, se promueve una recuperación más rápida y se reduce el riesgo de complicaciones postoperatorias.