Tratamiento
Remodelación Volumétrica del Cuerpo.
A medida que envejecemos, la adiposidad presente en el tejido subcutáneo, ubicada bajo la piel, va disminuyendo gradualmente, especialmente en el rostro y las manos.
Las señales evidentes en el semblante de aquellos que han alcanzado una edad avanzada, como la apariencia de ojos hundidos o desmejorados, la pérdida de volumen y definición en las mejillas y el ángulo mandibular, se originan por la carencia de volumen que proporcionaba la grasa ahora ausente, llevando consigo la consecuente flacidez de los tejidos.
Para contrarrestar estos efectos del envejecimiento y otros derivados de la insuficiencia de volumen corporal, como la falta de desarrollo en las mejillas, el mentón o los glúteos, empleamos la técnica de relleno de grasa o filling.
Nos referimos a la lipoescultura como la metodología que nos capacita para añadir volumen a diversas áreas del cuerpo utilizando la grasa propia del paciente como material de relleno.
La técnica de infiltración de la grasa autóloga se ha implementado desde 1893, arrojando resultados altamente positivos en nuestros pacientes, tanto con propósitos estéticos como reparadores.
El uso de la grasa del propio paciente como sustancia de relleno para restaurar y conferir volumen, o esculpir el contorno corporal, nos exime del empleo de materiales sintéticos o semisintéticos, los cuales podrían ocasionar complicaciones potenciales como extrusión y/o reacción a cuerpos extraños, con el subsiguiente rechazo debido a su carácter ajeno al organismo.
La grasa autóloga puede ser definida como el material de relleno óptimo y menos perjudicial para el organismo, dado que se trata del tejido adiposo propio del paciente, siempre y cuando se cumplan las condiciones necesarias para su obtención y manipulación posterior, utilizando los medios adecuados para garantizar la viabilidad del tejido injertado. La lipoescultura o relleno de grasa representa una técnica que logra resultados estables y perdurables, evitando que la grasa se reabsorba a largo plazo.
En qué consiste
Para obtener tejido adiposo y luego implantarlo, se requiere de una sedación y anestesia local en la región donante, y/o anestesia general según el paciente y la cantidad de grasa necesaria en cada caso.
Las áreas donantes más comunes incluyen el abdomen, la parte interna de los muslos y rodillas, los trocánteres (cartucheras) y la papada.
Las áreas más comunes a injertos de grasa:
Rostro: La aplicación de injerto de grasa puede favorecer enormemente la apariencia del rostro, especialmente brinda jovialidad, ya que trata con arrugas, elimina cicatrices y da mayor volumen a los pómulos. Así mismo, por las características del efecto relleno, se logra una piel más suave, firme y tersa.
Pechos: En esta zona también es muy requerida, puesto que logra llamar la atención por su capacidad de aumentar el tamaño de las mamas. Así mismo, es capaz de tratar las posibles deformidades respecto a la asimetría y cicatrices generadas por la reconstrucción mamaria.
Caderas: Si no has logrado que tu cintura tenga una buena armonía con tu cadera, el injerto de grasa te favorecerá enormemente, ya que logra crear el perfil que siempre has deseado.
Glúteos: En el caso de los glúteos, esta técnica es la principal herramienta para lograr esculpirlos. Brinda aumento y hace que los resultados parezcan naturales. También, consigue levantarlos, haciendo que luzcan firmes.
Manos y pies: Hay a quienes estas áreas corporales les dedican atenciones. En este caso, sucede lo mismo que con el rostro; reduce las arrugas y consigue un efecto rejuvenecedor.
Después de desinfectar la zona a tratar, procedemos a obtener el tejido adiposo de manera cuidadosa, mediante aspiración con una pequeña cánula de punta roma conectada a una jeringa especial (luer-lock) a presión negativa suficiente para aspirar sin dañar las células grasas.
Luego, centrifugamos el tejido adiposo para separar en tres capas el aceite (ácidos grasos), la grasa pura (que será infiltrada) y los fluidos anestésicos, y la sangre, ubicados en la parte inferior. Separaremos la grasa pura del resto. Este proceso nos permite obtener de 3 cc a 7 cc de grasa pura, con todas las posibilidades de supervivencia, por cada 10 cc de material succionado. Para prevenir la reabsorción de la grasa y asegurar resultados duraderos, la infiltración o injerto del tejido adiposo se realiza de manera subcutánea; a través de incisiones mínimas, cerca del área a tratar. Utilizamos una micro cánula para depositar pequeños implantes, creando filamentos grasos de aproximadamente 1 mm de diámetro; garantizando una distancia mínima de 2 mm entre ellos para asegurar su supervivencia posterior.
En la mayoría de los casos, una sola sesión de tratamiento es suficiente, aunque en algunos pacientes se pueden requerir más para lograr el resultado deseado, especialmente cuando se necesitan grandes volúmenes de tejido graso para corregir el defecto.
Los aportes
La lipoinyección posibilita la transformación de aquellas áreas que experimentan escasez de volumen en el rostro y el cuerpo, como por ejemplo, la insuficiente evolución de los pómulos, el mentón o los glúteos.
Los efectos logrados mediante el trasplante de grasa autóloga son sumamente gratificantes, tanto en situaciones de índole estética (incremento del mentón, los pómulos, depresiones en los glúteos, corrección del dorso nasal) como en procedimientos reparadores (rectificación de cicatrices, secuelas derivadas de accidentes...).
Preoperatorio
En toda cirugía, es fundamental realizar una evaluación previa del paciente con el fin de identificar posibles irregularidades que podrían desaconsejar la intervención.
Postoperatorio
Después de concluir el procedimiento de injerto, se llevará a cabo la inmovilización de la zona donante durante un período de 7 a 10 días. Esto se logrará mediante un vendaje con esparadrapo de celulosa o mediante el uso de prendas de presoterapia.
Cabe resaltar que, aunque el edema residual puede persistir durante varias semanas, por lo general, el paciente retoma sus actividades cotidianas en un lapso de 4 o 5 días después de la liposucción, manteniendo una rutina normal, con excepción de la práctica de ejercicio físico intenso, que podrá retomar después de 15 días.